Imposible de saber qué va antes, si el foro o el huevo. En plena disrupción digital vemos cómo se van generando cambios que modifican drásticamente la comunicación, ya no interpersonal sino intervirtual. Y si no, podemos preguntarle a la nueva asistente personal que Google pone a nuestra disposición, haciendo la competencia a «Alexa» de Amazon y a «Siri» de Apple. No cabe duda que el «internet de las cosas» ya ha empezado a mover ficha. Una revolución que conectará todos los objetos a la Red.
Hay algo sorprendente en esta revolución y que en muy pocos foros se cuestiona. ¿Quien es el Mesías en esta revolución? No podía ser otro que Google. ¿Dónde acudimos todos a comprobar cualquier dato?¿a quién le preguntamos cuando buscamos o intentamos aclarar alguna duda? A Google siempre. Además, Google ha introducido en su algoritmo un factor adicional que sobre pondera los resultados. Google seleccionará aquellos documentos que entiende que dicen la Verdad. Por tanto, nos encontramos ante una espiral virtuosa o perversa (según se mire). Por un lado, los humanos hemos abandonado cualquier otra búsqueda que no sea Google y por otro, es Google quien decide qué es Verdad y qué es mentira. Fijaos las consecuencias que puede acarear esto a la sociedad. La incipiente realidad social se encuentra en manos de Google.
No solo eso. ¿A qué sitio conectamos todos los dispositivos que está sacando el mercado en el marco del «Internet de las cosas»? A Google. Imaginaos todos los objetos conectados, no solo a Internet, sino a Google. Nunca nadie amasó tanto poder. Tenemos nuevo Mesías.
Prueba de ello es la noticia que informa sobre el derribo protagonizado por una empresa de demoliciones de una vivienda equivocada y echa la culpa a Google Maps por confundirle la ubicación.
Es un privilegio vivir la gran revolución en la que nos encontramos y que supondrá un nuevo hito en la humanidad. Hay oportunidades y amenazas pero no se puede dudar de esta disrupción. Recientemente hemos sido testigos del abandono del papel de un periódico histórico como «El Pais» y se queda solo conectado a Internet, toda la música está ahora almacenada y utilizada en sitios como Spotify, un gran gestor de contenidos musicales, lo que ha propiciado la ruina de discográficas; y ahora le toca al periodismo: Blende es el nuevo Spotify del periodismo. Que tiemblen los periodistas y la industria en general porque tienen un nuevo jefe, ya que tendrán que negociar sus miserias con este revolucionario portal.
Y por si fuera poco, ¿dónde acuden los inversores en masa para posicionar sus intereses? Cada día más a Internet como medio de divulgación y comunicación con el cliente. En 2017, Internet rebasará por primera vez al medio líder en publicidad, la televisión. Es un titular algo simplista la verdad porque TV e internet conforman un gran maridaje y están empezando a compartir plataformas. Lo que sí parece claro es que la industria de la TV se muda de medio y verá revolucionado sus costumbres, ya que han perdido el poder de gestionar el horario de los televidentes, ya que son ellos mismo quienes deciden qué, cómo y cuándo ver los programas de sus gustos y lo harán a través de Internet.
En fin, la disrupción digital es lo que tiene. Y cuanto más tardemos en adaptarnos, más pérdidas obtendremos. Hoy es el cliente quien está en el centro de cualquier actuación y se trata de propiciar un diálogo sugerente con él que genere en algún tipo de transacción que genere valor a ambos. Un diálogo digital, puntualmente apoyado por otro medio, donde naveguemos siempre bajo los permisos y favores del nuevo Mesías: San Google.
Gracias por estar.
1 comentario en «El nuevo Mesías es digital»