Todos conocemos a Rafa Nadal, su fortaleza física, su velocidad, sus movimientos en la pista, sus potentes drives, etc. Una verdadera máquina en la pista que ha conseguido acaparar repetidamente los trofeos mas prestigiosos y mantener durante años el puesto cumbre del tenis mundial. Sin embargo, la opinión pública no deja de mirar de reojo a
Roger Federer porque él es realmente el talento en persona. Es bastante común la opinión de que Federer tiene un talento inédito y está bastante instalada la idea de que Nadal ha conseguido posicionarse en la cumbre ocasionalmente, debido principalmente a sus facultades físicas y su mentalidad. Existe una sensación generalizada de que ocupará uno de los tres primeras puestos del ranking hasta el momento en que su físico deje de funcionar al ritmo que lo ha venido haciendo. Y, parece cierto que una de sus fortalezas es el aspecto físico.
Pero existe otra fortaleza de la que se habla menos, pero que realmente es la clave de su éxito. Su mentalidad. Se le puede observar en la pista concentrado a niveles extremos y de manera duradera, siempre con una visión en mente, la de ganar. Sus creencias, que se dejan entrever en todas sus declaraciones, son muy potentes; concibe su trabajo desde la humildad y el reconocimiento del talento de sus contrincantes, respeta y alaba a sus competidores y sólo concibe sus victorias desde una entrega total en los partidos y de un trabajo extenuante en los entrenamientos. Sólo desde esa perspectiva concibe la competición al más alto nivel.
Un valor añadido: su potente trabajo mental desgasta a sus competidores en largos y extenuantes partidos. Se convierte en un adversario que nunca cede en su lucha y permanece combatiendo hasta minar la moral del contrario, cayendo finalmente derrotado. Es asombroso comprobar cómo su mirada se mantiene en un punto imaginario, el de la victoria. Este punto le permite mantener la fe inquebrantable en sus posibilidades, concibe cada golpe como un pasito más hacia su objetivo y experimenta un poderoso magnetismo que le impulsa a la victoria. Emplea técnicas de anclaje mental constantes, rituales repetitivos que le reporta sensaciones agradables de victoria, de trabajo y de optimismo y empuje hacia La victoria. Se le puede ver alineando constantemente sus botellas de avituallamiento en el banco, de manera obsesiva, enroscando y desenroscando los tapones de la misma manera siempre, realizando acrobacias para no pisar ninguna de las lineas de la pista mientras no se esté disputando ningún juego, recurre constantemente en sus servicios a tirar de la goma del calzón, bota la pelota largamente antes del saque en espera de la visualización y sensaciones adecuadas y un sinfín de recursos de anclaje más, que sólo son percibidos a los ojos de los expertos.
No cabe duda que, detrás de este trabajo mental, de este potente equilibrio y fuerza decisiva, hay un culpable. Cuando Rafa era un crío, se debatió en el seno familiar la disciplina deportiva por la que el equipo familiar iba a apostar para que Rafa intentara asaltar los primeros puestos mundiales. En su infancia, despuntaba en varios deportes, tales como el fútbol, al igual que su tio, en golf y en el tenis. Pero además de esta elección, había que optar por otra igual o más dificil. Debían seleccionar a la persona que debía encargarse de acompañar al deportista a lo largo de todo el planeta, en la sombra, para educarle mentalmente para resistir las presiones de esta aventura. La familia decidió que esta persona debía ser Toni, su tio. Una persona discreta, prudente, serena, pero simpre presente. Iba a ser el responsable de dar soporte mental y de insuflar la ambición necesaria para alcanzar el reto. Una labor de químico mental que precisa de emplear las dosis proporcionadas y necesarias en cada momento para ser el número 1 mundial.
Toni Nadal ha estado detras de Rafa desde que éste era un niño y desde que la familia decidió que el tenis iba a ser la disciplina desde la que intentar asaltar la cumbre, y ha permanecido como coach con él a lo largo de todo este tiempo, al contrario que la gran mayoría de sus competidores, quienes han venido cambiando de entrenador de manera reiterada para encontrar la estabilidad emocional y mental necesaria para competir al máximo nivel, con altos niveles de ambición.
El trabajo en este campo es de artesanía, de cirujía, de una impresionante constancia y equilibrio sostenido a lo largo de todos estos años. Esto es lo realmente admirable de la carrera deportiva de este equipo, de esta familia que, un día decidió emprender una aventura, apostando de manera decidida unos recursos, que supongo no sobraban en su dia, y arriesgando entre otras, la unidad familiar.
Detrás del espectáculo televisivo que nos ofrece todos los años un muchacho jugando al tenis, existe una planificación estratégica de dimensiones dificiles de imaginar. Ser el responsable de una planificación de una vida deportiva, con unos objetivos tan ambiciosos y desde unos valores tan nobles como la humildad, el respeto y el trabajo, ha sido clave en la carrera de Rafa. Toni Nadal ha sido capaz de detectar y trabajar las fortalezas de su sobrino y de ir limando cada año sus debilidades. Cada partido, cada competición supone una oportunidad, que requiere de un análisis de las capacidades y amenazas del contrario, para diseñar la estrategia adecuada.
Toni Nadal, el Coach, ha sido el artífice de la creación de una ventaja competitiva determinante, clave del éxito de Rafa y de un trabajo de dimensiones espectaculares desde la discreción. Una de las figuras habituadas a emplear las palabras «A Nuestro Alcance«. Alguien digno de mi admiración.
Sin duda, la fórmula perfecta para el «éxito» a ojos de todos. Más allá de los grandes resultados tangibles y admirables por todos, han conseguido sobrino y tío, alcanzar y revalidar constantemente las victorias sobre sí mismos. Ambos piensan, sienten, dicen y actúan en la misma dirección, totalmente alineados. En un clima de total cooperación y sinergia. Un gran ejemplo de mentalidad ganadora!!
Gran artículo, muchas gracias!! Y un saludo!!
Muchas gracias a ti Jesús por tu comentario. Sin duda una fórmula ganadora (T2R)N