El denominador común de todas las estrategias de éxito es que todas ellas transcurren fuera de la zona de confort. No existe objetivo de calidad que para ser alcanzado no precise de esfuerzo, creatividad y planificación previa de estrategia.
Una vez fuera de la zona de confort, sobrevienen las adversidades, en forma de riesgo, incertidumbre, miedo, pánico, condiciones adversas, etc.. y ante todas estas condiciones inestables y molestas, sobrevienen dos juegos mentales:
1) La búsqueda de excusas que, como dice Albert Bosch, es un juego de un sólo ganador, el de las excusas. Frecuentemente nos agarramos a una y la elegimos como abanderada de nuestro fracaso. A esta opción nunca se la llama solución, sino salida. Se trata de una salida que hemos tomado ante un camino inestable en el que nos encontrábamos caminando hacia nuestro objetivo.
2) Sin embargo, si cuando nos encontramos fuera de nuestra zona de confort, sufriendo adversidades, miedos e incertidumbre y asumiendo riesgos, fuéramos capaces de sostener nuestra conducta en el tiempo y permanecer hasta alcanzar el objetivo deseado, nuestros límites se amplían enormemente, proporcionando perspectiva adicional, motivación extra y fortaleza. A esta opción sí se le llama solución. Fuera de la zona de confort nos debemos comportar como los granos de café, que ante condiciones extremas de presión y temperatura, en lugar de cambiar los propios granos de café el que cambia es el medio que lo rodea, impregnando de su aroma a su entorno.
El puerto proporciona seguridad al barco, pero el barco no fue construido para estar en el puerto.
¿Os habéis dado un paseo fuera de la zona de confort? Yo suelo decir que me encanta jugar en esa zona, descubriendo sensaciones. Vivo constantemente en un sitio con una gran terraza con vistas fuera de mi zona de confort y de vez en cuando paseo por allí. Me ayuda a crecer.
No hacerlo, puede provocar que dejemos de ser protagonistas de nuestra película pasando a convertirnos en los espectadores. Y cuando uno es espectador, tiende a la crítica y a tirar a todo lo que vuela alto.
Gracias por estar.