Cada día queda más patente las numerosas afinidades entre estos dos campos. Ambos se mueven en un marco competitivo y presuponen una mejora continua en su desempeño. En el ámbito empresarial se lucha por alcanzar una cuota de mercado creciente así como rentabilidades mayores y en el marco deportivo se busca a nivel de competición una mejora de la marca y a nivel popular una mejora constante del nivel de bienestar, físico y mental. En sendos ámbitos, es preciso gestionar con una determinada economía de recursos, en busca de una tendencia eficiente, que en el caso deportivo se puede traducir en no malgastar las energías psicomotrices ni mentales con el fin de optimizar los resultados en el momento oportuno, y en el campo empresarial se centra en un abaratamiento de costes para mantener una rentabilidad que permita el crecimiento y permanencia de la empresa en el tiempo. Esta dinámica de búsqueda constante de mejora continua y crecimiento constante podría generar niveles de ansiedad y estrés importantes tanto en los deportistas como en los empleados y directivos de las empresas si no se estuviera canalizando bien esta presión por alcanzar unos objetivos ambiciosos. Sin embargo, esto normalmente es así por una ausencia total a nivel emocional en las organizaciones. Es determinante para cualquier proyecto que afecte a personas, que se gestionen las emociones de los implicados, porque no somos máquinas insensibles que soportan cualquier presión sin plantearnos causas y consecuencias. Buena Formulación de Objetivos. Todo este proceso de búsqueda del éxito, que se apoya en las fuentes de gestión empresarial y deportiva y que es tratada de manera adecuada a través de una excelente gestión emocional, lo trata de manera excepcional la Estrategia E.D.E. de Coaching para alcanzar objetivos personales. Y uno de los puntos importantes de esta estrategia es la buena formulación de objetivos. Y como en esto del Coaching, no hay mejor lección que el ejemplo, en la parte segunda de este post quiero referirme a mi caso particular de fijación anual de objetivos y analizaré el proceso desde el esfuerzo de no abandonar la congruencia con mis limitaciones personales. Advierto que son, desde mi punto de vista, positivos, controlados, específicos, evidentes, con recursos y limitaciones analizadas, de tamaño y dirección adecuada y no estoy muy seguro que sean todo lo ecológicos que yo desearía. Os espero en la segunda parte de este post, que será muy interesante. No dejéis de subscribiros al blog para recibir las entradas sin esfuerzo. Gracias una vez más por estar.
