Fluidez es la capacidad de afrontar los desafíos, los obstáculos y dificultades que nos encontramos. Para alcanzar un nivel de fluidez adecuado es necesario mantener un espíritu de curiosidad, de preguntarnos el por qué de las cosas, de informarnos de todo lo relacionado con nuestro reto, mantener una conducta de aprendizaje constante y de un plan de acción determinado.
Resiliencia es la capacidad que tienen los materiales de deformarse por ejercicio de una fuerza sobre ella y de volver a su situación original tras vencer dicha presión. Es aplicable a las personas, modificando nuestras conductas (adaptación) para afrontar una situación de estrés, adaptando nuestras conductas a la nueva situación, en aras a conseguir una vuelta a la normalidad. Habitualmente, esta vuelta a la normalidad sitúa a las personas en un plano superior al anterior, de mayor perspectiva, experiencia y madurez.
Focalizar nuestra acción es centrar nuestros esfuerzos en el rumbo adecuado que optimice el itinerario que nos conduce a nuestro objetivo.
Exito es la sensación de plenitud experimentada por una persona que alcanza sus objetivos. El éxito se pone en relación a los objetivos. Una persona exitosa puede ser alguien que no cuente con los recursos convencionales, dinero, casa, coche, etc., pero si haya alcanzado su objetivo particular, que nadie más que él conozca, como por ejemplo, estar en paz con Dios. O, por ejemplo, alguien que tenga como objetivo poder dedicar las tardes a su invernadero.
Desaliento es la falta de motivación que percibe una persona cuando percibe exceso de dificultad en el itinerario que le conduce a su objetivo, experimentando la tentación del abandono en su empeño.
Persistencia es la capacidad de mantener en el tiempo el esfuerzo encaminado a alcanzar el éxito particular de cada uno.
Visión es la capacidad de una persona de percibir su situación futura. Esta puede ser positiva o negativa. Es susceptible de entrenamiento, ya que este multiplica la probabilidad de éxito.
La visualización y la afirmación son métodos de entrenamiento encaminados a adquirir una visión acorde a nuestro objetivo.
Todo este proceso, itinerario hasta el éxito, no está exento de recaídas, depresiones, desalientos, tentaciones de abandono. Estas situaciones pueden y deben ser entrenadas mediante técnicas que, aunque no logren evitarlas, permitirán acortarlas en el tiempo, disminuir su intensidad y afrontarlas desde el conocimiento y la aceptación.
Pero no hay que olvidar que el ser humano aprende con la experiencia, de tal manera que alcanzará la fortaleza a través del dolor, alcanzará la resiliencia a través del sufrimiento y la presión, alcanzará perspectiva a través de la consciencia y alcanzará el éxito a través de la plenitud y serenidad que reporta su victoria.
Y recordad que victorioso no es aquel que haya adquirido logros convencionales, rimbombantes y aparatosos, sino aquel que haya alcanzado «SU» objetivo.
La fotografía ha sido tomada del blog «http://es.paperblog.com/», que cuenta con un post interesante relacionado con el abordaje de los obstáculos.
Gracias por poner esas palabras a nuestro alcance. Felicitaciones por la página. Saludos
Gracias Juan Manuel por tu comentario. Es gratificante intentar aportar algo en el proceso de cada desafío personal.
Gracias por contribuir.