Desafío es el acto de desafiar y esta acción, a su vez, es retar a alguien o a uno mismo a afrontar un obstáculo empleando una actitud provocadora. Afrontar un desafío es emprender una actitud combativa y competitiva en aras a demostrar la supremacia de un estado, situación o valor. Una actitud desafiante es la que muestra alguien cuando, con su actitud, espolea a otro a competir para demostrar su supremacia. Antes de seguir leyendo, aviso que esta lectura es larga y su final está reservado sólo a aquellos capaces de cumplir su DESAFIO, de alcanzar su OBJETIVO. El resto, abstenerse, por favor, y dejad paso a los que buscan.
Es lógico que percibamos un desafio cuando una persona nos provoca y amenaza nuestra posición o trata de perturbar nuestro estado en zona de confort, produciéndose entonces una explosión de sentimientos que generan impulsos en defensa de nuestra posición. Este es el tipo de desafío que pudiéramos denominar lógico, ya que alguien que nos espolea con su actitud, consigue una reacción. Pero ¿que diríamos de aquellos desafíos cuyo origen no procede de una ofensa externa? Es más común aún, crear nuestros propios juegos mentales que generan estados de amenaza internos. Es decir, un montañero que visualiza un ocho mil en actitud desafiante está creando juegos que le empujarán a afrontar su desafío mental. Nadie le ha retado, ni le ha amenazado, y mucho menos una montaña, pero el montañero ha personificado en la montaña una actitud ofensiva y la percibe como alguien que le provoca constantemente sentimientos que incomodan su autoestima.
Los desafíos mentales son muy comunes y se retroalimentan desde la intimidad. Entonces, uno se convierte en un estratega que planifica su batalla de manera pausada. Es en este proceso cuando empieza a surgir lo mejor de nosotros, ya que buscamos información relacionada con el campo de batalla, adquirimos conocimientos técnicos de todo tipo, nos rodeamos de colaboradores especialistas en realizar tareas en las que somos menos diestros, estudiamos las condiciones ambientales que rodean el desafio y ponemos en marcha un proceso de reflexión sobre qué momento y condiciones serán las mejores para afrontar el dia D de nuestro desafío.
Pero, ¿por que nos montamos esta película?. El hecho de que, sin que nadie haya perturbado nuestra paz, nuestra zona de confort, de repente un día nos de por inventarnos una amenaza, que sólo es percibida por uno mismo, pasando desapercibido para el resto de la humanidad, significa que el reto está sólo en nuestras cabezas, y el invento es propio y de nadie más.
Pero, ¿qué factores empujan a nuestra cabeza a crear el juego del desafío? Esta creación es un mecanismo de defensa de nuestra mente, que viene en nuestra ayuda porque está detectando que algo no marcha bien y decide entonces crear algo que nos genere vida.
Esta creación de nuestra mente es un movimiento de compensación, dado que ha detectado el abandono de una sensación, la del AHORA, la de sentir el poder del PRESENTE. El AHORA, nos aporta intensidad, sensación de plenitud, retroalimenta nuestra percepción sensorial creando una espiral creciente de poder de captación, que permite sentirnos VIVOS. Este maravilloso proceso mental, permite recuperar muchas sensaciones perdidas y olvidadas debido a nuestras obligaciones cotidiandas, cada día mayores y más numerosas. Luego no se trata de un desequilibrio mental, sino más bien, de la constatación de que nuestros mecanismos automáticos de defensa funcionan. Eso si, es necesario canalizar de manera adecuada cada DESAFIO, una vez detectado.
Cuando hablo de canalizar adecuadamente, me refiero a que no debemos dejarnos llevar por quimeras que acrecienten nuestra impotencia, sino que debemos ser conscientes a priori de nuestras limitaciones, e incluso inteligentes a la hora de moldearlos en busca de nuestra mayor SATISFACCION y utilidad personal.
SATISFACCION = PERCEPCION – EXPECTATIVAS.
Es muy común el error de pretender realizar hazañas desproporcionados a nuestras posibilidades, generando lesiones, frustraciones, etc. Pero es normal que esto ocurra ya que la proporción del desafío es directamente proporcional al déficit alcanzado del AHORA. Así, observamos como mucha gente aspira a realizar grandes aventuras, cuanto más lejos mejor, y con grandes dosis de dificultad, esperando una mayor intensidad, que a su vez compense su déficit de percepción del momento actual.
Grandes fotografos han escrito que la mejor fotografía que jamás hubieran soñado, pasó por delante de sus narices y sólo hubiera hecho falta sentarse y esperar a que se dieran las condiciones lumínicas y de composición adecuadas. Sin embargo, recorrieron el planeta entero en busca de la fotografía ideal, gastando recursos de manera infructuosa. «La mejor fotografía es captar ese instante preciso en el que una mirada te cuenta infinitas sensaciones».
Importantes artistas, como los impresionistas, nos avisan de que «Es suficiente con sentarse y esperar a que se den las condiciones». Llega un instante del día, en el que una secuencia que había pasado desapercibida, despierta de su letargo cobrando tal vida que pareciera que tal instante fuera eterno, trascendiendo al conocimiento. Es como si el orden de las cosas, la iluminación, sus formas, sus colores, etc, tocaran las emociones de las personas, generando procesos fisiológicos desencadenantes de la felicidad.
Felicidad es la búsqueda de ese instante mágico. Muchos pudieran pensar que la felicidad es el estado alcanzado por las sensaciones producidas por ese instante mágico, pero yo soy de los que creo que la felicidad es la búsqueda consciente de ese instante. Búsqueda entendida como un proceso físico e intelectual de esas condiciones del entorno. Para ello, esta búsqueda no tiene porque ser demasiado exótica. Pongo como ejemplo libros legendarios como «Acres de diamantes» de Rusell Conwell, cuyo protagonista propietario de un humilde rancho trata sin éxito de buscar riquezas a lo largo y ancho del mundo, descubriendo en su declive vital y por azar, que su humilde rancho donde nació estaba plagado de minas de dimantes. O esa historia de un mendigo de New York que llevaba décadas mendigando sentado sobre el mismo cajón de madera hasta que alguien, que luego desapareció, le pidió que mirara en su interior. El mendigo incrédulo abrió por primera vez aquel cajón que llevaba utilizando durante años, encontrando en él, varios lingotes de oro.
Son historias legendarias que nos hablan de algo ya somatizado por la humanidad, que viene a decirnos que el gran milagro de la vida es la búsqueda de la felicidad, la lucha por la supervivencia física y mental y yo añadiría algo importante: que dicha búsqueda sea realizada mediante el empleo de VALORES NOBLES y que no hay porque restar glamour y MOTIVACION a nuestro esfuerzo. Es decir, haz de tu desafio algo elegante y motivador, que sirva de palanca de cambio a los que te rodean, ya sea familia, amigos, discípulos, etc. Con ello conseguirás alcanzar tu propia motivación, gusto por el camino y ser referencia en los demás, generando sinergias positivas.
La moraleja clara que, yo al menos obtengo, es que emprender el CAMINO PERSONAL de abordaje a nuestro propio desafío es algo importante en nuestras vidas. Pero no sólo es importante, sino que lo es más que el alcance del propio OBJETIVO. El camino supone el 95 % del tiempo y nuestra estancia y percepción del momento del alcance del objetivo, supone en el mejor de los casos un 5%, siempre y cuando se consiga alcanzar. Recordemos que cuanto más cueste alcanzarlo, mas satisfacción nos reportará, pero dicha dificultad supone una merma importante de la probabilidad de éxito.
El CAMINO, la EXPERIENCIA de vivir el DESAFIO, debe ir en consonancia a la experiencia en la vida. Es natural que una persona más joven, emprenda un camino o una aventura más intensa, ya que lo que busca es llenar de experiencias nuevas sus alforjas vitales y estas le reportarán un aprendizaje en si mismo. Sin embargo, a medida que va llenando sus alforjas, y comprueba que los sabores de estas catas experimentales, no siempre son agradables, va disminuyendo la necesidad de la intensidad del camino. Empieza entonces a darse cuenta que su VERDAD, FELICIDAD, no está tanto fuera de sí, como en su interior. Sus diamantes se encuentran en el interior de su rancho.
Pero es realmente necesario ese viaje de ida y vuelta. De hecho, a lo largo de la historia, son numerosos y trascendentales los libros de los grandes héroes que emprenden un viaje en busca de la salvación de un pueblo. Tienen un gran valor simbólico, ya que estos viajes simbolizan procesos de búsqueda internos del SANTO GRIAL, la verdad, la felicidad, llamalo x. Estos héroes se enfrentan a batallas contra civilizaciones extrañas y desconocidos, que simbolizan las miserias internas. Son héroes porque deciden emprender un desafío (VALENTÍA), en búsca de su realización vital o colectiva (CAMINO-EXPERIENCIA-PRESENTE), poniendo en riesgo sus propios recursos, incluso la vida, para alcanzar un OBJETIVO.
Pero es en el objetivo (EL SANTO GRIAL) donde se encuentra el misterio. Y es tal MISTERIO para la humanidad por su condición ambigua, y me explico. Cuando el héroe emprende su viaje, va en busca de un objetivo no del todo definido en su mente. Se trata de un objetivo que ha ido construyendo en base a una necesidad de realización, de trascendencia y que simboliza la victoria. Pero, en el mismo proceso de búsqueda, en el mismo camino o campo de batalla, su objetivo se va moldeando en su mente, cambiando la percepción que tiene del mismo y los métodos empleados en su lucha. Es decir, el heroe empieza su camino empleando principalmente la fuerza de su juventud y lo termina empleando su sabuduría y experiencia. Y lo realmente importante viene AHORA.
Es extramadamente importante la vuelta de nuestro héroe, porque en su mirada vemos que ha sido capaz de alcanzar su objetivo, de vencer a su DESAFIO y de poseer el SANTO GRIAL. Pero lo que convierte en MISTERIO este proceso, es que ningún héroe que ha conseguido volver y poseer el SANTO GRIAL, ha contado cómo es, ni dónde está, ni que se siente. Cuando un héroe vuelve, no cuenta, escucha, observa y se da cuenta de todo, porque, ya es consciente.
Es tan importante la vuelta del HÉROE tras su DESAFIO, porque enseña con su mirada, a quien tiene disposición de aprender, el verdadero SECRETO DEL SANTO GRIAL. A través de su viaje, experiencia, camino, desafio, aventura, se ha transformado su percepción, su ambición y con ellos SU OBJETIVO, hasta tal punto que sólo habla con la mirada y es capaz de fotografiar las secuencias maravillosas que encierran esos instantes únicos del AHORA.
Os dejo con una secuencia de la película fantástica «El Guerrero Pacífico», en la que trata la sensación del ahora y los diferentes puntos de vista de un joven impulsivo y un madura experto. Se basa en hechos reales y trata de cómo un atleta olímpico abordo su proceso mental para prepararse para la competición. Os la recomiendo ardientemente. Que la disfruteis.
Pulsa aquí para ver Secuencia de la Película «El Guerrero Pacífico»
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