Parecen muchos los barcos amarrados. Desde aquí, siempre se ven como amontonados. Cualquiera diría que están ahí para subirse y navegar, pero no, cuando llega el otoño muchos de ellos se quedan en puerto, olvidados. La humedad y la sal empieza a corroer toda la jarcia y sus cascos se agrietan. Y luego, en verano... Leer más →