Cuando comencé este blog, me propuse no caer en la tentación de utilizarlo como medio para canalizar determinadas emociones que sirvieran para desahogarme o para divulgar hechos relevantes que, aunque pudieran interesar a los lectores, no siguiera una línea coherente y una temática específica.
A lo largo de esta semana he tenido que reprimirme enormemente porque he experimentado varios acontecimientos duros, frustrantes, injustos y provocadores. Ha sido una semana negra que ha amenazado a cada instante con robar espacios importantes a mis pensamientos.
Lo que en su día fueron amenazas, se ha hecho realidad. Aquellas nubes sobre mi cabeza, que he tratado de gestionar desde la serenidad y la inteligencia emocional, finalmente han descargado sobre mí toda su virulencia. Aquellas amenazas conllevaron miedos, que tuve que canalizar y adoptar una actitud coherente y consecuente. Ha sido un proceso de algún año, que me ha ayudado a crecer y madurar como persona. Finalmente, como digo, se ha producido el desenlace.
Los miedos pueden ser provocados por unas amenazas reales o imaginarias. Desde luego, el tratamiento para cada una de ellas es distinto. No es lo mismo crear un miedo imaginario que sentir una amenaza real, aunque finalmente, el resultado o desenlace puede ser el mismo. Quien crea un miedo imaginario incrementa exponencialmente las posibilidades de que la imaginada amenaza se haga realidad; así es la física cuántica.
Convivir con miedos y conocer que existe una alta probabilidad de que acabe consumándose el hecho temido, genera un estrés importante que puede desembocar incluso, en enfermedad. Por ello, es importante aprender a canalizar esta emoción y a asimilar nuestro probable futuro, asumiendo una probable nueva situación. Así ha sido en este caso, después de mucho tiempo despertándome con el nubarrón, finalmente descargó la tormenta sobre mi.
Y creo que he hecho un gran trabajo de gestión de mi emoción. A cada momento que acudía mi miedo, trataba de romper su dinámica por todos los medios. Cómo? Cambiando. Qué?. Todo lo que pudiera, hasta la postura. Que camino seguías. El de la simplificación, la serenidad y la quietud. Lejos de correr como pollo sin cabeza, recurrí a sensaciones de mi tarro de las esencias. Una sonrisa, un rayo de sol, un deseo, un recuerdo, un olor, una visión, pero todo desde la quietud. Nunca he salido corriendo olvidándome de la realidad y siempre he dado la cara a la emoción. La he reconocido, he dialogado con ella y dejó de asustarme.
Y llegado el momento de la noticia, mis expectativas eran nulas. Tras un trabajo de asimilación de la nueva situación y de análisis de los lados buenos, siento que el nuevo firme que piso ahora, no es tan resbaladizo ni se mueve tanto. Es firme también y me ha enriquecido profundamente.
Por ello, siento que he avanzado en el camino, que me he hecho más fuerte, que he descubierto nuevas posibilidades que me motivan y tengo nuevos desafíos que me apasionan. Y además, he conseguido no criticar ni difamar, ni insultar, ni informar de injusticias que no son más que oportunidades para todos y cada uno de los que esta semana hemos recibido esta oportunidad de crecimiento.
He conseguido no utilizar este medio para intentar hacer justicia, sino para crecer personalmente y ayudar a todo aquel que lo necesite.
El éxito de mi Desafío está más cerca y el de todos aquellos que sufren con sus miedos, está A Nuestro Alcance.
Gracias por estar y disculpad por no tener noticias mías desde hace alguna semana.
No dejéis de tener un Sueño. Si no lo tenéis, buscadlo, entrenadlo. Y que nadie os lo robe ni os diga que no sois capaces.
A todo aquel que hoy está en su hoyo particular, le invito a que cambie todo, aunque parezca que no tiene importancia, que haga del cambio una filosofía de vida y que adquiera consciencia de su valía, de su talento, de su tarro de las esencias, que es lo que le va a permitir reinventarse. Y cuando uno renace, alcanza un plano más elevado.
Fuerzas, amigo.
Estrategia Emociones, Deporte, Empresa. E.E.D.E.
Coaching A Nuestro Alcance.
Descubre cuáles son tus temores y enfréntalos. Foto: Flickr/stuant63