La fijación de objetivos no puede ser algo espontáneo ni fruto de un calentón. Es fruto de una planificación estratégica elaborada metódicamente, mediante la cual se definan previamente conceptos como la Visión, la Misión, los Valores.
Para ello, es necesario realizar previamente un análisis de tu cadena de valor (análisis Interno), mediante el cual corroborarás tus fortalezas y debilidades.
Pero deberás atender a tu entorno y detectar las oportunidades y amenazas que se presentan a tu alrededor.
Este análisis te ayudará a elaborar tu estrategia personal, que debe contemplar un plazo de unos 5 a 10 años. Pero, si no fijamos hitos intermedios que nos ayuden a mantener la motivación, podemos desviar fácilmente el rumbo de nuestra estrategia. Para ello, pondremos objetivos de periodos más cortos (anuales por ejemplo), los cuales deben estar perfectamente alineados con el resto de la estrategia, dentro del marco de nuestra visión, misión y valores.
Pero no olvidemos que la estrategia está para ejecutarla, para lo cual, el estratega traslado la responsabilidad al director de operaciones, pero sin desentenderse. El plan de acción se pondrá en marcha, surgiendo multitud de imprevistos y variables nuevas que debemos ajustar sobre la marcha.
Del ámbito empresarial, podemos emplear las herramientas más potentes para adaptarlas a nuestra estrategia personal. Pero, no olvidemos reforzarlo con las mejores estrategias del mundo deportivo, motivación, trabajo en equipo, visualización de la técnica, ejecución de la estrategia, etc.
Todo un mundo de posibilidades destinadas a propiciar el éxito en tu Desafío Personal.