Después de la ponencia del gran Stew Friedman, que no defraudó en absoluto, salimos a tomar un café y conocer a gente. Había que reponer energías porque después tendríamos nada menos que al gran Richard Branson, «Doctor Si». Entre todos los asistentes «de etiqueta«, me llamó la atención alguien en vaqueros, mochila al hombro y…