Emerge el plano desde las olas y asciende la montaña de botellas hasta la cima, donde se encuentra el protagonista abatido, sentado y con la cabeza sujeta por las dos manos mirando al infinito: – Cansado ya de recibir riadas de botellas con mensajes empalagosos e insufribles. Hablan, ríen, lloran, pero se sienten solos y…