— ¿Y qué vas a hacer? —Alberto lanzaba chinas al río a lo loco, como si estuviera repartiendo cartas, sin levantar la cabeza y con las cejas contraídas. — Pues no sé muy bien, la verdad. —aquellas piedrecitas caían a plomo, entre el rumor de la corriente. Al escuchar ...
Cuando vuelva a pescar
A veces suelo ir a pescar. Lo hago de allá para cuando y al volver a casa siempre me pregunto por qué no acudo más al río. Allí sentado, hipnotizado por...