Buenas noches. Últimamente escribo a estas horas. Creo que la hora más fecunda para hacerlo es la primera hora de la mañana, tras el café, cuando todavía quedan restos de la purpurina del otro lado; con una alegría parecida a la que deja un tentempié a la hora de comer y la esperanza de que algún día me sentaré a la mesa como los demás.
Es lo que toca aquí y ahora, no comer más que pequeñas tapas, no dormir más que cada noche, en espera del gran sueño de una desembocadura en el mar. Algún día llegará la ansiada rutina de tener que escribir a esa hora en que todos vuelven a la vida, con vestigios y sospechas arrastradas de la noche. Siempre quedan pruebas, testimonios, alguna pista de ese ventana que no terminó de cerrar antes de despertar y que da pie al primer relato del día.
Hoy os dejo con otro buen rato. El qué me hizo pasar la magnífica periodista Celia Marqués para su programa de «Otras miradas», de Canal diocesano. Buenos momentos. Gracias Celia. Espero que os guste.
Qué charla tan relajante, da gusto escucharos. Creo que el hilo conductor en tus entradas es el humanismo, y el crecimiento personal. No sé cómo tienes tiempo para todas las cosas que haces!
Te escribo desde la cama, antes de que haya despuntado el sol. Me ha encantado la entrevista, con ese lado tan humano que tienes. Como mencionas a los vendedires de castañas te diré que vivo en Tenerife en una finca justo con esos frutos
y he dedicado varios años a recolectarlos.
Un abrazo
Marta