De igual manera que un cantante ensaya incansablemente hasta alcanzar una voz depurada; de igual manera que el escritor escribe día tras día hasta alcanzar esa voz narrativa capaz de relatar las mejores historias; de la misma manera que cualquier oficio requiere la insistencia en sus rutinas y el foco en su obra; de esa misma manera cualquier persona tiene que ensayar eso que llaman su postura existencial ante la vida.
De nada sirve de lo que yo esté convencido, pero es lógico pensar que cada individuo tiene algo que expresar, un lugar desde el que hacerlo y una manera de promulgarlo. Y es mala idea no hacerlo porque da lugar a frustraciones y todo lo que no sea encajar en el mundo de manera natural y tener que sostener eternamente una conducta para evitar que se caiga por su propio peso, es contraproducente.
Hay miedos a expresarse de manera natural y transparente. Hay temores a dejar salir aquella verdad que nos representa, como si fuera inferior o una verdad de menor calibre. Es un lamentable error. No hay nada más valioso que ese ejercicio de sinceridad y autenticidad, de querer dejar constancia del mensaje original. Pero no solo hay que expresarlas de manera aisladas sino ensayarlas y repetirlas constantemente hasta que nuestra voz alcance las notas de la melodía vital. Al utilizar esa nueva voz narrativa estaremos en disposición de escribir esa historia que estábamos predestinados a escribir.
Hoy el magazine whynotmagazine.com ha publicado una reseña sobre LA CUARTA SEMILLA. Les agradezco infinito el apoyo al proyecto solidario que representa la novela. Su apoyo tiene mucho valor. Podéis leerla en este enlace.
Y os dejo con un nuevo capítulo del videodiario. ya sabéis, uno por día. Hoy con un delicioso paseo por el entorno de mi ciudad, Toledo. Lo titulo un recorrido por los cielos y los infiernos y con ello me refiero que a mi ciudad se la puede pasear por la zona de las colinas, desde las que se avista una ya afamada panorámica, y por la zona del rio. Cada una tiene un significado y una manera distinta de vivir la ciudad.
Millones de gracias por permanecer.

Con esas vistas yo no la llamaria «infierno» si no más bien «paraiso», en cuanto a la «sinceridad» depende las circunstancias ya que a veces (según mi forma de pensar), es mejor no mentir, pero si al menos callar que ser autentico y expresar lo que piensas. La sinceridad no siempre es bien admitida por todos. Felicidades por esa nueva reseña de tu libro » La cuarta semilla» y en esta ocasión, puedes apostar por una total sinceridad por mi parte. Saludos.
Estaba seguro de tu sinceridad Carmen. Muchas gracias. Y sí, en realidad es un paraíso, pero hice un paralelismo porque las sensaciones de cada paseo son muy distintas. Una es más cálida y con más perspectiva y la otra es húmeda y sombría. Y el mismo pensamiento se te van en un sentido o en otro 🤗