De repente, el conflicto en Ucrania preocupa. Que el que fue en tiempos su progenitor fuerce la vuelta a casa del vástago que cumplió su mayoría de edad y decidió crear su propio destino podría ser una oportunidad para Europa. El ciudadano de a pie no se puede llamar a engaños. Todo el mundo conoce qué persigue Rusia y cómo va conseguirlo. La amenaza que se cierne sobre Europa en caso de tomar partido en el conflicto es el cierre de la tubería de gas y para que los libros de historia recojan una justificación a la ofensiva rusa escenificarán alguna chapuza que parezca un ataque para hacerse los ofendidos.
Sin embargo, esta coyuntura podría ser el detonante para que los europeos decidamos al fin cambiar el modelo energético y apostar por el desarrollo de nuevas políticas de suministro. Entre todos, y a base de hacer escarnio del débil, al viejo continente solo le están dejando abierta la puerta de la oportunidad. Pero en cuestiones de diplomacia internacional no podemos pecar de ingenuos. Nada se hace libremente en busca de la paz y el bienestar de la gente. O eres un país gregario y sigues al líder matón que más interese, o eres el poderoso, en cuyo caso no debes dejar de demostrarlo a base de constantes golpes en la mesa y amenazas a diestro y siniestro. No hay medias tintas.
Al ciudadano de a pie solo le queda intentar construirse su ciudadela interior, como dirían los estoicos. Los materiales de construcción de esta fortaleza no son otros que la esperanza en que lo poco que está en nuestra mano sirve de mucho. Esa pequeña parte que cada uno tiene al alcance de su mano es capaz de generar una corriente determinante en forma de una progresiva mentalización que termine por conquistar y controlar los deseos imperiales de los cuatro matones del planeta. No son pocos los hombres célebres y sabios que escribieron que lo que vemos fuera de nosotros y las emociones que despiertan no son más que los reflejos de nuestros estados internos. Quizás la manera de ganar estas guerras pase por verlos como una oportunidad de crecimiento individual y sea todo mucho más sencillo de lo que pensamos. Otros tantos célebres hombres escribieron que las riquezas que buscas se hallan bajo tus pies.
Quizás sea el momento de hacer las cosas de otra manera.
Y hablando de ciudadelas, el imponente Alcazar de Toledo, sede de la Biblioteca Regional de CLM, acogió la presentación de «LA CUARTA SEMILLA» , en la que estuve acompañado de unos amigos a los que agradezco sus palabras y aprecio, hoy os dejo con la tercera parte, la que versa sobre el estilo literario de la novela. Espero que esta serie de síntesis, cada una en torno a un tema, sirva para que os hagáis una idea de lo que os encontraréis en el historia de la saga familiar que protagoniza la aventura de «LA CUARTA SEMILLA».

¡Wow! Me ha encantado el concepto de Ciudadela interior, me lo aplicaré a nivel personal. Y en cuanto al estilo literario de la Cuarta Semilla, felicidades, no se pueden recibir mejores críticas.
Gracias Irene, la verdad es que los amigos se nota que me aprecian. Es un regalo.
Mil gracias caminante!! Las ovejas suelen pastar mirando al suelo, pero las negras miran al horizonte y caminan en su busca.