Pensé que la novela «Recursos inhumanos» de Pierre Lemaitre, seria una de esas novelas que en realidad pretende ser una crónica de la sociedad actual. Todo el mundo sospecha que la sociedad en que vivimos está enferma y padece ciertas dolencias que la convierten en insufrible para muchos colectivos.
Pensé que el autor se apoyaría en citas y eslóganes del management más vanguardista para hacer ver al lector qué es lo que debe hacer y qué debe evitar un directivo o un candidato a serlo en una multinacional.
Pensé que el autor caería en el tópico de hablar de la agresividad de los ejecutivosde las empresas de cierto tamaño y hacernos ver que en realidad esas personas no parecen eso, personas, y se comportan como fríos algoritmos que ejecutan órdenes sin importarle las consecuencias.
Pensé que el autor evidenciaría la típica angustia de un parado, como tantas películas que han tratado de plasmar la soledad incomprendida de una persona a la que se le niega una actividad, acabando también con su autoestima.
Pensé que retrataría la miseria de las empresas al tratar a un empleado como si fuera una herramienta y al directivo como otro utensilio comprado capaz de someter a los de su especie, sin darse cuenta que él es uno de ellos.
Y la verdad es que estaba en lo cierto. Y digo estaba porque solo permanecí en esa certeza durante un tercio de la trama.
He de reconocer que a lo largo de los otros dos tercios, Pierre Lemaitre ha sido capaz de capturar mi atención y vapulear todas estas sospechas. El autor realiza en esta trama todo lo mencionado anteriormente, grandes «topicazos«, pero los introduce entre oleadas que ensalzan paulatinamente la intensidad de la historia.
Hecho destacable es que Netflix ha producido una serie basada en esta grandiosa novela. Os dejo con el trailer porque más de uno se enganchará, sin duda. Yo el primero.
Recursos Inhumanos me ha confundido de cabo a rabo. De lo cual doy gracias.