La entrada de hoy va de tentaciones. Gran concepto cuyo influjo otorga una importante energía dirigida hacia algo … ¿prohibido?. El quid de esta prohibición es su naturaleza. Si es de tipo jurídica, social, reputacional, familiar… Hace unos días comenté lo mucho que me gustan los diarios y lo que admiro a quienes dedican una parte del día a pensar unas simples lineas. Algo parecido me planteo yo en el blog. Pero también creo que el verdadero diario no es el que refleja lo que se espera de él , sino la rigurosa realidad. Nos adentramos entonces en ese mundo oscuro que todo el mundo posee y que sobrelleva con discreción. El verdadero diario sería el que recoge esos instintos perversos que sabéis que tenéis. Esas opiniones que os gustaría divulgar, esos pecados que os gustaría cometer y un largo etcétera.
Al hilo de esto, un novelista lo tiene relativamente fácil, porque puede adjudicar a cada personaje una parte de ese diario que no cuenta. Los personajes de sus novelas cuentan esa realidad de su autor que no termina de aflorar a la superficie. Ayer se lo leí a mi compañera Dulce Bermudez en su blog y cuyo libro, ALEMPED, la estrategia de los nuevos escritores , recomiendo encarecidamente. Decía algo así como «Aunque pueda darnos algo de vergüenza, es un gran recurso «prestar» esa parte oscura que sabes que tienes a alguno de tus personajes. Sirve de terapia al tiempo que se refuerza la solvencia de un personaje». Interesante reflexión y delicioso blog.
Hablando de tentaciones. Antes de ayer vi la película «Demolition». Narra la conducta de un hombre que enviuda muy joven y repentinamente. Adopta una actitud nada convencional aunque termina liberándole. Me encantó y he de reconocer que me sentí de alguna manera identificado, por razones diferentes.
Ayer volví a retomar la novela de Thomas Mann, Los Buddenbrook. Una historia de cerca de mil páginas escritas al estilo de principios del S. XX y que narra la vida de una de esas empresas familiares que ya sabéis que tanto me gustan. En este caso, la empresa comienza su andadura decadente a medida que las generaciones van tomando la gestión. De hecho, este proceso ha adquirido el apelativo de «efecto Buddenbrook«. Algo similar sucede
en «La cuarta semilla», pero en este caso hay sorpresas, las cuales no os debéis perder. Me gustan las novelas que me cuentan cosas de la sociedad en la que se desarrollan. Es muy gratificante comprobar que muchos de los problemas que nos acucian son constantes en la humanidad. Esto me da cierta perspectiva y me ayuda a gestionar incertidumbres. Y me gusta conocer ejemplos de empresas que se sirven de la sociedad al tiempo que aportan valor a su entorno. Una empresa bien concebida se comporta como un jardín o un bosque que crece vigoroso y lustroso, que es al mismo tiempo consumidor de recursos como productor, estableciendo un equilibrio perfecto.
Paseo delicioso el de ayer. A falta de poder salir a otras ciudades, Toledo siempre te ofrece rincones espectaculares, evocadores y sugerentes. Sigo pensando en esta ciudad como la ciudad ideal del SXXI. Y es bien posible.
Gracias por pasaros por aquí.
¡Muchas gracias, Jose Luís, querido compañero! Gracias por leerme, y por comprender y dar valor a mis alocadas ideas.
¡Bien dicho lo de blogs al poder! Sin duda, la picardía alegre de Irene y tus reflexiones son una deliciosa lectura. Un abrazote a ambos.
Magnífico libro Dulce. Una gran ayuda para muchos . Abrazote
Cierto, el libro de Dulce es muy recomendable, como su blog y el tuyo, que nos traes tan interesantes reflexiones, recomendaciones literarias y cinéfilas. Gracias.
Alemped, una gran guía! Gracias Irene. Como el tuyo. Blogs al poder 👏🏼👏🏼
Estoy de acuerdo con lo que dijiste hace unos días, el blog es un formato muy halagüeño 👏👏