☝🏼Sip, amor. ¡Qué morbo! No es fácil hablar de este ¿sentimiento?, ¿emoción?. Y menos aún en público. Einstein transmitió en sus últimos días, en una carta a su hija -a quien no quiso conocer- su particular revelación. En un intento de reconciliación, A. Einstein desvelo a Lieserl que había descubierto la fuerza más poderosa de la humanidad. Mucho más que cualquier bomba atómica y más trascendente que su teoría de la relatividad. Era una fuerza que gobierna a todas las demás y que es capaz de multiplicar las virtudes de los hombres. Esa fuerza era “el amor”.
Decía también que, sin embargo, había sido obviada por el hombre. Y hoy, sigue dando cierto reparo hablar de esta fuerza poderosa. Parece un asunto “ñoño” y sin embargo es de las pocas cosas, si no la única, capaz de provocarte para que recorras el planeta entero en busca de alguien. Yo mismo reconozco que me cuesta hablar de él y cuando lo hago, siento que mucha gente escucha con cierto morbo, como si estuviera reconociendo una debilidad; o quizás sea cosa mía. No es asi, estoy alardeando de una gran fortaleza. No todo el mundo sabe hablar de él con normalidad. Invito a que la gente comente su relación con el amor, para fomentarlo.
¿Hay tipos de amor?¿de pareja, de hermano, a la naturaleza, a uno mismo, al universo? ¿O hay solo uno? Lo más habitual es el amor de pareja, porque uno condensa esa emoción en alguien similar, que habla su mismo idioma.
Esta fotografía me sugiere un sentimiento de amor, con varias connotaciones. Amor a la naturaleza, a esa belleza serena que invita a permanecer en el lugar, con media sonrisa. Amor a la soledad, al ver un banco vacío en el que una pareja podría estar esperando un beso, el uno del otro, durante horas y días, sin comer, en silencio. Amor a un recuerdo, a aquellos días en que aquellas hojas secas sobre el suelo fueron brotes tiernos sobre las ramas.
Enhorabuena a quien decidió poner un banco frente a ese remanso, porque creo que es un homenaje al amor; una invitación para que una pareja se siente y sienta entretenida la presencia de su compañero mientras deja escurrir su mirada sobre esa lámina turquesa. Mientras escucha discurrir el río para recordarle que todo pasa. Es entonces cuando el amor se consuma. Cuando descubres que está haciéndose tarde.
¡Cobardes, hablad del amor! Y hacerlo en público 👏🏼👏🏼👏🏼

Hace unos días un pájaro entró en mi habitación. Debió golpearse con algo porque parecía herido allí desbaratado en el suelo.
Lo recojí y lo tuve durante un momento en mi mano, luego lo deposité en el alfeizar de la ventana. Al cabo de un rato ya no estaba, supongo que se recuperó y marchó.
Creo que pasaron quince días cuando otro pájaro igual, se posó en el alfeizar y paseó por él mirandome, piando como si me hablase.
Lamenté no conocer el idioma de los pájaros, me hubiese gustado saber que decía.
Una amiga dice que es una señal, que un pájaro azul llegará a mi vida. Uno azul con estrellas y planetas dentro lleno de historias nuevas para dármelas a mí.
Ella lo pintó: azul profundo con una galaxia dentro.
Desde entonces espero a mi pájaro azul, le espero con paciencia y sin desesperación, en una espera vivida intensamente, llena de personas que me enrriquecen el alma y el corazón.
Sé que él llegará y sonrreiremos al vernos porque nos reconoceremos y no tendremos que explicar nada.
Ya está aquí.
Calipso, una de las historias más bonitas que he leído. No me extraña que te llegue ese pájaro azul. Y muy posiblemente lo tengas a tu lado ya. Mira bien. Deliciosa respuesta 👌🏼