Me siento privilegiado de poder asistir a ponencias desde mi casa tan interesantes. Hace unos días tuve el privilegio de aprender de la mano de Silvia Escribano aspectos relativos a la gestión emocional en momentos como estos. Una gran oradora que transmite alegría y paz. Habló de la felicidad, un concepto que suena un tanto «naive» pero que sigue siendo siendo «la madre del cordero» ahora y siempre. Parece difícil de creer que tanta gente nos conectáramos para oír hablar de este asunto tan íntimo y tan universal. Para ella, la felicidad es un estado de grata satisfacción física y espiritual. No es susceptible de búsqueda sino más bien una decisión de conectar. No es alegría, porque esta última está más relacionado con el placer a corto plazo, Recomendó el libro de Mo Gawdat «El algoritmo de la felicidad». Para una adecuada gestión de la felicidad es importante antes una adecuada gestión de las expectativas ya que mal gestionadas, pueden convertirse en en una cárcel.
La felicidad ha pasado de ser una filosofía a una ciencia y está íntimamente relacionada con la mente, aunque siempre se la ha relacionado más con el corazón. La clave estaría en dominar la mente y para ello existen ejercicios similares a los realizados en beneficio del cuerpo. Habló de la importancia de los pensamientos y de la necesidad de vigilarlos porque son las semillas de nuestra grado de felicidad. Debemos aprender a pensar diferente para transformar estados. Y ¿cómo sugiere Silvia centrar esos pensamientos? Pues haciendo uso de la calma, la serenidad y la aceptación como vía para sentir gratitud. Pongamos de moda ser mejores personas. Cultivar emociones positivas nos conduce al éxito siempre.
Minutos más tarde salté a otra magnífica ponencia organizada esta vez por OPENEXPO, para no perderme a Juan Carlos Cubeiro y Silvia Leal en el marco de una ponencia relacionada con la Inteligencia Artificial y emocional (Innovación a contrareloj). y resultó acorde a la calidad de sus ponentes. Dejaron clara la necesidad de apostar por le ciencia y tecnología hoy más que nunca para avanzar por el camino adecuado. Un campo a destacar es la neurociencia ligada al liderazgo. Estudiando cómo funciona el cerebro en las funciones que propician ese liderazgo necesario para obtener un criterio para una adecuada toma de decisiones. Partidarios de dar peso al ser humano en todo este proceso de toma de decisiones mientras camina de la mano con el aumento de tecnología. Cuanto más tecnología mas importancia de lo humano y, de hecho, lo humano revalorizándose y ya se habla que en un futuro los servicios robotizados serán gratis y sin embargo habrá que pagar por cualquier servicio a medida prestado por un humano. Hablaron de la llegada del teletrabajo y de que ya los empleados no querrán volver a trabajar en sus oficinas. Talento, liderazgo y humanismo son valores en claro ascenso en los nuevos tiempos.
Aportaron datos que arrojan perspectiva; quien antes de esta crisis hizo sus deberes en lo relacionado con el comercio digital, se ha visto claramente beneficiado. Todos los demás, tendrán que hacer un esfuerzo mayor en menos tiempo y con mas competencia, en caso de que subsistan. Tenemos que creernos que podemos subirnos al mundo moderno. En España el 20% de los empleados no saben mandar un mail, pero esto tiene arreglo. Nos pueden más las emociones que la dificultad en sí de la tarea en cuestión. Según la propia OCDE, si España aumentara un 10% la digitalización, el PIB aumentaría un 3,2% así como también se vería mejorada significativamente la tasa de empleo . La propia inercia de la recuperación, más la digitalización significaría una recuperación pronta y de calidad, según la propia OCDE.
Pero dicho con otras palabras:
Cierra los ojos plácidamente. Nadie diría que tiene el cuerpo magullado. Aunque el sueño la invade como si la hubieran inoculado morfina, su rostro sigue sonriendo. A su edad los pequeños errores se pagan. Vaya que si se pagan. Pero llevaba mucho tiempo observando a esos muchachos patinar delante de su ventana. Yo la veía entretenida pero no imaginé que lo haría. Así estuvo mucho tiempo, observando en silencio.
No lo sé, pero la vi salir tan decidida que pensé que iría a comprar cualquier cosa. No se despidió. Pero sospeché y decidí asomarme. Me gusta verla en la calle. Se fue sin dudarlo en busca de aquellos jóvenes que la escucharon durante unos minutos. Después, la prestaron los patines y … empezó a patinar. Me quedé sorprendida. me dirigí rápidamente hacia la puerta pero volví a la ventana. La dejé. Ví cómo patinaba y, sobre todo, sus ojos… Sus ojos brillaban y su sonrisa… Hacía mucho que no sonreía así. Si la ves, patinando como nunca imaginé y su cabello plateado alborotado.
Mírala, esa mueca de orgullo ya no la abandonará. Mañana repetirá, seguro. Y yo me haré la tonta. Ha aprendido a patinar. Lo mejor es que ha descubierto que es capaz de disfrutar. Me ha desobedecido, sí. Ya quisiera yo.
Así era mi abuela…me encanta tener sus genes!!!
Jajaja que valiente!! Salir de noche ella sola. Como dice la del relato, a mi edad está todo perdido… o ganado… alado yo ahora.