Icono del sitio José Luis Serrano

Lo que oculta el tiempo

Es habitual querer vivir sin prisas y sin estridencias, con tranquilidad. Antes se utilizaba la expresión «llevar un vida sosegada, paseos y siestecitas». No estoy en contra de esta filosofía de vida, ni mucho menos. Es más, soy practicante habitual de meditación y creo que los estados contemplativos ayudan a procesar mentalmente la información y a adquirir ciertos «insights». De hecho, la mayoría de los creativos  indican que su mayor fuente de inspiración son los descansos o los paseos.

Pero también es verdad que el tiempo es una variable en nuestras vidas que no se puede controlar pero sí se debe ocupar eficientemente. Se trata del recurso más democrático de la humanidad. El día tiene 24 horas tanto para Bill Gates como para aquel que se queja amargamente de su existencia. Todos los habitantes de este planeta tienen el mismo tiempo para alcanzar el éxito (material, espiritual, familiar, etc) o para fracasar en cualquier campo que se proponga.

Para quien decida tener éxito, debe saber que la gestión del tiempo es fundamental. Dicen que el talento que no se aprecia, se deprecia y así pasa con la mayor parte de las cosas. El tiempo oxida los objetos, languidece los ánimos y otros muchos efectos más. Camarón que se duerme, se le lleva la corriente, es un dicho popular que plasma a la perfección este mensaje.

Me quedo con el concepto de desafío antes que con objetivo, porque transmite la sensación de agravio, de ofensa e incita a un sentimiento de rebeldía que provoca o impulsa a la acción. Pues bien, ante la sensación de que el tiempo de uno pasa en balde, es muy útil cierta dosis de rebeldía ante la estabilidad o confort del momento presente en aras a evolucionar en dirección a nuestro objetivo.

Sentir el control del tiempo requiere de ciertas dosis de rebeldía para no sucumbir ante los chantajes de los ladrones de tiempo.  ¿quién es el principal ladrón de tiempo? muchos expertos en productividad opinan que los principales obstáculos para alcanzar el máximo de rendimiento son el teléfono, el correo electrónico, las redes sociales, etc, sin embargo, creo que el principal ladrón es la mente. Si, la mente es la que nos inclina a picotear en miles de entretenimientos y desvirtúa la realidad para que continuemos con las mismas rutinas improductivas y así no consumas más energía que la necesaria. Antes de iniciar el camino del cambio, siempre debes negociarlo con tu mente antes y esperar a que esté convencida. Solo cuando tengas su visto bueno, puedes iniciar el proceso con muchas garantías de éxito.

El partido de semifinales de baloncesto del campeonato de Europa que disputaron España y Eslovenia, reflejó a las claras que la selección no había negociado previamente con su mente. La hambrienta selección eslovena se merendó literalmente a una lánguida España, que pensó que podría alcanzar la final solo con salir a pista. Quedó patente que ganó quien mostró ambición. Hoy, el partido entre tercer y cuarto puesto, la selección sí ha demostrado que su mente quería ganar. Los Gasol han liderado el «hambre» de regalar a su amigo del alma Juan Carlos Navarro la medalla de bronce en su partido despedida.

Cuando estás plenamente identificado con tu desafío y existe congruencia entre mente cuerpo y espíritu, la vida cobra sentido y el tiempo apremia. La marcha implica avanzar en cada momento. Las organizaciones profesionales en búsqueda constante de la excelencia y con objetivos importantes, saben de la importancia del entrenamiento diario contra reloj y los necesarios estados vigilantes ante cualquier tentación de dejarse llevar. En el deporte, en el ejército, en los equipos empresariales de alto rendimiento y en los desafíos importantes, cada pasito, por pequeño que sea, es determinante para alcanzar el objetivo. Es muy interesante copiar estas estrategias de afrontamiento de objetivos en nuestra vida diaria para alcanzar la motivación.

Alcanzar la sensación de ser dueño de tu tiempo es experimentar libertad. Tú decides qué vas a hacer, cuándo, cómo y dónde y diseñas tu vida (te recuerdo que solo tienes una) para experimentar aquello que tú has decidido en base a tus valores e identidad.  La libertad plena no consiste en tener todo el tiempo del mundo para no hacer nada sino en experimentar en cada minuto el control y avance hacia el objetivo. Como en cualquier proyecto, la estrategia y la intendencia es fundamental y no hay que descuidar todo lo concerniente a una libertad financiera, mental, afectiva, etc. Como ves, como en todo equipo, los proyectos se dividen en varias secciones.

No todas las personas tiene la habilidad de encontrar rápidamente esa misión en su vida. La tarea de sintonizar con esa frecuencia en la que emite tu misión no es fácil. Suele llevar tiempo y no es raro encontrarla a base de ensayo y error. Las personas que sintonizan con esa frecuencia suelen mostrar un sentimiento de gratitud constante y no tienen sensación de trabajar, sino de abundancia y riqueza. Son felices haciendo y regalando su producción porque ellos encuentran su remuneración en el proceso de hacer por hacer. Viven en un estado de riqueza constante (os acabo de resumir el libro de «El Secreto»).

Desde ese estado, uno se olvida por completo de lo que creía que su entorno le reclamaban. Dede allí, empezarás a regalar desde tu abundancia y descuida que tu entorno te lo notará. Pretender realizar cambios superficiales para intentar cambiar la percepción que los demás tienen de ti, es una quimera. Todo viene desde dentro.

Escribiendo esta entrada me viene a la cabeza la película «Belleza oculta», protagonizada por Will Smichdt y dirigida por David Frankel. El protagonista, exitoso empresario del mundo de la publicidad, entra en crisis vital tras la muerte de su hija y adquiere consciencia de lo realmente importante y esencial. La película gira en torno a tres conceptos con los que el protagonista mantiene una especial relación e incluso son personificados por actores escenificando momentos muy clarificadores. El amor, el tiempo y la muerte adquieren vida para dialogar con el protagonista y recuperarlo del pozo en el que se encuentra sumido. No dejéis de verla para conocer hasta qué punto la belleza de la vida se nos oculta y solo es descubierta por los «espabilados».

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