Icono del sitio José Luis Serrano

Gestión del Proyecto 2.015.

Una ventaja importante que tienen los años, es que son una unidad de tiempo que sirven como referencia a la hora de diseñar un cronograma. Al inicio de todos los años es habitual realizar propuestas de nuevos hábitos u objetivos, pero ya cansa un poco  oír todos aquellos que son siempre los mismos, sobre todo cuando vienen de personas que son especialistas en abandonar los propósitos nada más empezar.

Ya es importante que se tengan ganas de cambio. Un nuevo año supone una gran oportunidad para cambiar cosas, no necesariamente hacia ciertos convencionalismos. El cambio es siempre muy saludable porque hace que nos esforcemos en descubrir nuevos caminos que pueden llegar a ser interesantes. Lo más cómodo, sin embargo, es mantener las rutinas que permiten ganar eficiencia en nuestras tareas, ya que automatizarlas , supone dejar de pensar y ahorrar energías. Lo malo de un exceso de automatización es que, al ser tan cómodo, nos olvidamos de querer descubrir nuevas cosas, es decir, nos olvidamos de la vida, de las sorpresas, de los hallazgos y de los deseos de mejora continua. Dichos cambios implican un esfuerzo inicial, pero son muy refrescantes. Salir de la zona de confort es duro, porque ahí fuera suele hacer frío, pero lo que conseguimos con ello no es sino ampliar nuestra zona de confort. Por tanto, debemos hacer del cambio una filosofía de vida, un hábito.

Sin embargo, dichos cambios debieran ser respetuosos con la particularidad de cada uno, de nuestra originalidad, de aquello que nos hace especiales. No podemos, por el sólo hecho de querer cambiar, obviar nuestra particularidad o renunciar a ella. De igual manera que debemos hacer del cambio un filosofía, nuestra particularidad nos abrirá muchas puertas. Es verdad que cuando se cruza el umbral de alguna puerta, se dejan de cruzar otras. Es decir, la elección de un camino o estrategia, conlleva necesariamente desechar otras estrategias. Por lo tanto, como no podemos contentar a todo el mundo, no debemos dudar a la hora de elegir nuestra particularidad como piedra angular para cambiar, más aún en dirección a ella.

Cambiar puede convertirse en una pesadilla sino se ha calibrado previamente los recursos que conllevará y las posibles consecuencias del cambio. Uno de los atributos esenciales de un cambio es la necesaria economía de recursos en la gestión del cambio, no fuera a ser que por querer cambiar, se termine desapareciendo.

Sin embargo, cambiar no quiere decir huir, ni perder el foco continuamente. El cambio debe servir ara ventilar nuestro espacio y no para huir de nuestras molestias. Para ello es necesario alcanzar cierta serenidad que nos permite mantener el foco en lo importante y analizar los motivos del cambio pretendido.

Y para ello, no es necesario un cronómetro. Cambia el cronometro por la brújula. No es necesario correr en los cambios, sino que es preferible adquirir tendencias de nuevos hábitos en un entorno de mejora continua. Sin embargo, la brújula se hace más necesaria, ya que es más determinante conocer hacía donde cambiar y no desviarse demasiado.

Todo esto hace que el próximo 2.015 deba gestionarse como cualquier otro proyecto. Y para ello, se hace necesario que nos convirtamos en especialistas en gestores de proyectos, capaces de manejar decenas de variables con las herramientas más profesionales de lo que seamos capaces. Un gran estratega no solo utiliza las mejores herramientas, innovadoras y profesionales, sino que es capaz de analizar cantidades ingentes de información y obtener conclusiones acertadas.

Gestionemos por tanto el proyecto 2.015 de la manera más profesional. El cambio hacia nuestra particularidad.

Gracias por estar.

Salir de la versión móvil
Ir a la barra de herramientas