Icono del sitio José Luis Serrano

Empresas que no entretienen al Exito.

Ultimamente descubro muchas empresas que han perdido sus fuentes de ventajas competitivas, esto es, años atrás fueron jóvenes, rápidas, ambiciosas, creativas y capaces de volver loca a la competencia. Durante un tiempo fueron muy rentables y sus dueños eran conscientes del pequeño filón que les daría de comer durante un tiempo. 

Sin embargo, algo sucede a lo largo de los años. Caen en la rutina de realizar siempre los mismos procesos que en su día funcionaron, mantener los mismos atributos que les dieron los éxitos cosechados e incluso pareciera que esos éxitos les hubieran convertido en empresarios de un éxito perenne y tocados por la varita de la fortuna vitalicia.

En los tiempos en los que todo parecía e irles bien, su mentalidad cambió y adoptaron una actitud de recibir al éxito sentados en su despacho y el éxito les visitaba cada mañana al abrir sus puertas. Pero, al igual que los valores de una sociedad, el éxito no se va de golpe, sino que lo hace de puntillas, sin despedirse y parece incluso que sigue estando, de tal manera que, cuando alguien alerta de que el éxito lleva una temporada sin pasarse por la oficina, simplemente no se les cree y punto, porque piensan que el éxito es intrínseco en uno (diría el empresario).

Lo peor de todo esto es que, además de que el éxito les ha dejado porque dejó de divertirse, el empresario ha adquirido tales hábitos y tan marcados que no está dispuesto a salirse de su zona de confort. Prefiere vivir con el victimismo de la orfandad y el abandono de un éxito fugaz e interesado.

El éxito sólo se queda si se divierte con la creatividad del empresario, si existen un afán de mejora continua, una filosofía de cambio constante orientada a aportar valor al cliente. Pero, ¿por qué cuesta tanto mantener al éxito en casa? 

Inventar, crear, imaginar consume muchas energías. Lo hacemos con nuestra parte del cerebro más evolucionado, el neo-cortex, la parte más racional. Pero el cerebro es sabio y todo lo nuevo trata de convertirlo en rutina para empezar a ahorrar energías, dejando de crear y tratando de ejecutar las acciones de manera automática, sin pensar, con nuestro cerebro inferior. Es decir, tendemos de manera automática a volver a nuestra zona de confort e incluso nos engañamos con mensajes de «no cambio» porque esto funciona y posiblemente el cambio empeore lo que tenemos. «Más vale lo malo conocido que…»

Muchos empresarios jóvenes son excelentes emprendedores y se convierten con el tiempo en empresarios de la vieja escuela, atrapados por el victimismo. La manada atrae, infunde miedo y critica al que se sale de su redil, lo desalienta y avisa de los peligros que hay fuera. 

Hoy vemos como muchos negocios involucionan al mismo son de la manada y dejan de aportar valor al cliente. Gasolineras que ya no atienden al cliente en los surtidores pero que cuando acudes a pagar te bombardean con mensajes de compra y cara de comercial de fin de semana. Eso sí, no evolucionan en los sistemas de pago ni ofrecen servicios complementarios al cliente que les aporte valor en la carretera. Farmacias que dejan de tener stock de existencias y te dicen que vuelvas por la tarde que les va a llegar el medicamento solicitado, convirtiéndose así en vendedores sin comprar antes, a costa del cliente, pagando a seis meses y cobrando cliente que se ha trasladado varias veces por adelantado (paradigma del negocio financiero perfecto). U ortodoncistas que no quieren que pagues con TPV (razones ocultas) y te dicen que vayas a su consulta con miles de euros en metálico en el bolsillo porque en caso contrario, no no te atienden, etc..etc. La manada olvida al cliente y pronto se lamentarán una buena mañana de que hace mucho tiempo que no les visita el éxito.

Quiero otorgar hoy, dentro de la categoría de Estrategias y detalles de los negocios de este blog, una ESTRELLA a todos aquellos emprendedores (no de postureo) que son capaces de cambiar el ritmo de manera constante a la manada y entretener al éxito en sus instalaciones, aportando al cliente el valor que busca, mediante la innovación y la creatividad.

No quería dejar de acordarme hoy de un actor que luchaba por no pertenecer a la manada y que razones desconocidas le han empujado a abandonar esta vida de manera súbita, cambiando el ritmo a muchos de nosotros. No hace mucho tiempo se descubrió que nuestras tripas y nuestro corazón tienen neuronas y que conforman otro cerebro complementario, más relacionado con nuestra intuición, y yo hoy tengo la corazonada de que Robin Williams era una buena persona porque lo decían sus ojos, su mirada y los sentimientos que transmitía. Un abrazo muy sentido allá donde estés.

Gracias por estar.

Salir de la versión móvil
Ir a la barra de herramientas